Gran colofón fue el cierre de la tercera y última de abono de la
Feria San Juan Bautista de Chota del 2009, en la cual los tres espadas salieron a hombros de la
Plaza de Toros “El Vizcaíno”, además la vuelta al ruedo de un toro del hierro de Monterrey.
Con plaza llena hasta la bandera y en tarde nublada con viento, se lidiaron siete toros de la ganadería colombiana de Monterrey, seis de lidia ordinaria y uno de regalo. Toros bien presentados, justos de fuerzas y disparejos en bravura. Al segundo de la tarde le dieron vuelta al ruedo.
Sánchez Vara (español), silencio, silencio y dos orejas en el de regalo
Eduardo Gallo (español), dos orejas y dos orejas
Alfonso Simpson (peruano), silencio y dos orejas
Sánchez Vara trajeado de gris perla y oro, se estrelló con su lote en la lidia ordinaria. En el primero puso mucha voluntad y empeño desde que se abrió de capote. En banderillas realizó un buen tercio. Con la muleta el animal se quedó parado. Su segundo toro de iguales características nada que reseñar salvo la voluntad del torero. Con el toro de regalo Sánchez Vara lanceó gustándose y tratando de agradar al público. Ya en la muleta el animal desarrolló sentido, pero él matador a base de porfiar logró muletazos jaleados. Cortó dos orejas.
Eduardo Gallo vestido de heliotropo y oro, lanceo a la verónica con el compás abierto provocando que el público se encendiera. Brindó al cielo, a su picador que había fallecido hace unos días atrás. En la muleta mostró su calidad, sometiendo al toro y realizando series muy ligadas y llenas de arte. Al toro le dieron la vuelta al ruedo y el matador cortó dos orejas. En el quinto nuevamente con el compás abierto y en un palmo de terreno recetó verónicas jaleadas, luego una serie muy pinturera en los medio. Con la pañosa a pesar que el toro no era para lucimientos estuvo muy valiente jugándoselas en todo momento. Mata bien y recibe dos orejas.
Alfonso Simpson con un traje nazareno y oro, mostró sus ganas de llevarse los trofeos pero el animal que le tocó en suerte no permitió el lucimiento del diestro ni en el capote, ni en la muleta. Con el sexto de la tarde que era violento pero embestía con fijeza, el diestro nacional le plantó cara. El pundonor y las ganas fueron sus argumentos iniciales, luego de recetándole series cortas pero emocionantes, el público chotano supo aquilatar. Mete una estocada hasta los gavilanes que demora y un descabello, por lo que el Juez de Plaza otorga las dos orejas.